Germinar

La semilla, por fin, germinó. Miró el mundo y murió de dolor.

En un rincón

Te espero en un rincón de mi memoria,
no hay calles, ni avenidas,
ni un código postal
que pueda brindar.

Es un lugar sin días, ni horas
no amanece, ni anochece,
pero es el rincón más seguro
donde te puedo esperar.

En vuelo

Voy cayendo de espaldas,

siento que estoy volando,

y mis alas jamás se romperán

porque están cosidas con hilos de libertad.

Deseo asomarme por la ventana,

gritarle al mundo que soy feliz.

Mirar adentro, recorrer mi alma

y constatar que la tempestad paso sin más.

Se me antoja, ahora mismo,

besar la boca con sabor a miel

de un hombre sensible y pensante 

que endulce el amargo que dejaron otros.

Quiero contar estrellas abrazada a mí,

pasar de prisa las hojas de las historias tristes,

estrenar cada mañana una nueva esperanza,

salir volando y sentir de nuevo su sabor a miel.

Enredadera

Sube por mi cuerpo como enredadera,
crece entre mis pies y hasta la cabeza.
Se enreda en mi piel, me llena de verde.
 
Cierro mis ojos, despejo mi mente,

siento como se enreda en mí.
Soy una mujer habitada de besos.

 

Abrazado a mí, crece su pasión,
enredada en él, florecen mis deseos.
¡Qué se detenga el tiempo!

Soledad

Esta soledad es demasiada compañía,

me puebla el alma, me sofoca,

me abruma de recuerdos,

de recuerdos que se habían ido.

Quiero estar sola, no sentir ni la brisa,

pero la soledad me hace compañía,

me llena el silencio de voces,

despierta los sentidos, me aturde.

¡Oh soledad!, ¿por qué te quedas?

Vete con las horas, huye con el tiempo,

llévate esos recuerdos que se habían ido;

déjame sola,inerte, suspendida.

Viento Amante

Fluye sigiloso el viento,
me roza el cuello, me hace suspirar.
Me besa en la cara, acaricia mi espalda
mueve mi cabello con suavidad.


Es mi amante de estas noches,
el que espero a la orilla del mar,
el que me mima entre sábanas
hasta hacerme dormir.

Oigo su silbido al llegar,
se cuela en mi pecho,
su fría calidez me seduce el alma.
Viento, caballero amante,
amor de aire, pasión fugaz.

Noches perdidas.

Noches perdidas, perdidas noches,

melodías en la azotea, fiesta mar adentro.
Un alma triste espera por el sol,
retorciendo su dolor en vino frío.

Dudas, silencio... y más dudas.
Una pena casi muda,
de cualquier manera
es una noche perdida.

No son recuerdos, ni añoranzas;
tampoco deseos o caprichos,
es la inmensa soledad,
que le nubla el alma.

Todo falta y no falta nada
es un vacío, un hueco,
una noche perdida,
de una vida sin amor.

Seguir

Seguir, continuar,

Persistir, perseverar

Seguir y seguir.

Seguir como las nubes dispuestas a precipitarse,

como las mareas, bajando y subiendo,

como el viento, la lluvia, los árboles;

como el pájaro, la tarde, los ríos.

Seguir

con fe y esperanza,

a brazo partido,

desafiando la suerte.

Seguir, caminar, correr,

azuzada por las hadas de este cuento 

que es la vida, mi vida, tu vida.

Ámame

Ámame con esos brazos tuyos

que saben la medida exacta de mis deseos;

déjame ver tus ojos habitados de lujuria,

mientras tus manos tibias desnudan mis miedos.

Escucha en mi pecho el corazón galopando,

con cada caricia que recorre mi espalda,

siente mis piernas trepidando entre las tuyas,

cuando tu piel se enreda en la mía.

Ámame... simplemente ámame.

Decir ¡amo!

Hoy puedo decir ¡amo!

con la fuerza de mis años,

sin miedo al dolor,

con el sentimiento en firme.

Llevo una balada dentro,

que me hace bailar

al ritmo de lo que siento,

sin cálculos ni remordimientos.

Me han quemado muchos soles

y me he muerto varias veces,

pero sigo obstinada,

gritando lo que siento.

¿Acaso no hay amor

para las almas solas?

¿Será que existen límites

en el horizonte abierto?